Hoy revisando y ordenando fotos, me he encontrado con éstas y me parece un momento estupendo para publicarlas, aprovechando que para el curso de H!Blogging, me proponían hacer una foto de cabecera para un post.
Y así, casi sin darme cuenta, ella ha sido la que me ha encontrado.
Son de hace casi un año... de una tarde soleada que llegué de trabajar y según venía en el coche, ví unos colores anaranjados, preciosos, que anunciaban la puesta de sol y el comienzo inminente de la primavera, así que cogí mi cámara y me fui a dar un paseo.
Para mi sorpresa me encontré, que a pocos metros de mi casa, tenía éste paisaje tan bonito. No es que no supiera que detrás de mi casa pasa el río Henares, que lo sé y en verano sufrimos los mosquitos que viven en él, pero nunca me había parado a contemplarlo de ésta manera. Se respira paz, tranquilidad...
Mucha gente pasa por allí mientras corre, anda o va en bici, pero yo os recomiendo pararos a mirarlo con otros ojos, como un espacio para relajarse, para descansar la mente. Es una maravilla poder sentarte a leer un libro o simplemente a que el sol caliente tu cara, mientras escuchas el sonido del agua, de los pájaros y ver las graciosas carreras de los patos por el cauce del río.
Desde entonces, en alguna ocasión, Rober y yo nos preparamos un picnic improvisado. Unos bocatas, una botella de agua, fruta y una manta para el suelo y allí que nos vamos, a contemplar el paisaje y a disfrutar de una buena charla.
Yo no entiendo nada de fotografía, ni sé si la foto está bien o mal, pero lo que sí puedo ver es la gama de colores tan espectacular que tenía el cielo aquella tarde y que se ve tan clara en ésta foto.
Así que, a todos los que me leéis y como dice Manolo García en una de sus canciones:
"Te guardo una tarde de sol, una tarde de sol por si la quieres..."
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